Yo estudié veterinaria por amor a los animales y no ha habido un solo día en el que mis sentimientos hacia ellos cambiasen. Sin embargo, de mi relación con la profesión no puedo decir lo mismo, ha habido épocas en las que necesité tiempo y espacio para despejar dudas. Los años universitarios pasaron con la ilusión de hacer realidad un sueño y cuando terminé, me topé de bruces con la realidad de la clínica veterinaria: asumir responsabilidades para las que no estaba preparada, llegar a fin de mes, ausencia de conciliación familiar, turnos complicados, quejas de compañeros y clientes…. Hasta que un día me planteé: ¿para qué seguir? ¿para qué me levanto cada día? ¿vivo la vida que me imaginaba cuando elegí esta carrera?
En esta charla compartiré contigo mis errores y aciertos de una relación de luces y sombras.
Si eres feliz, me encantará que asistas y compartas tus secretos con nosotros y si no lo eres, también me encantará verte porque durante la charla igual recuerdas algún para qué.
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