El avance genético en prolificidad es constante y muy rápido, encontrándonos en la actualidad cerdas hiperprolíficas con más lechones de los que pueden encalostrar y amamantar adecuadamente. El gran número de lechones nacidos determina, además, mayor cantidad de lechones pequeños y con menos reservas, lo que condicionará su capacidad de supervivencia.
El calostro materno es fundamental a nivel nutricional, fisiológico y, especialmente, inmunológico para el lechón.
¿Qué determina la mayor o menor producción de calostro? El tamaño de la camada, el número de parto y otros factores como desordenes hormonales, estrés y altas temperaturas serán determinantes.
Por otro lado, la capacidad del lechón para tomar calostro vendrá determinada por el peso al nacimiento y el orden de parto, siendo 250 gr la cantidad idónea de consumo por lechón. Técnicas como el Split-nursing (encalostramiento secuencial) o el uso de calostro artificial permitirán encalostrar adecuadamente a los animales más débiles.
El gran número de nacidos vivos por cerda que tenemos en la actualidad hace necesario utilizar sistemas de adopciones y nodrizas para poder sacar adelante el mayor número de lechones, procurando que los movimientos de lechones sea el menor posible.
¿Cuáles son los sistemas de adopciones por los que podemos optar? Podemos optar por subidas de camada, plazas de maternidad vacías, leche artificial desde el parto o los destetes precoces. En este webinar Luis Sanjoaquín nos cuenta cómo hacerlo.
Finalmente, se cierra la sesión tratando la lactancia compartida, manejo que, si bien requiere un alto estatus sanitario, consigue una importante mejora de peso al destete, siendo un manejo que mejora el bienestar animal.
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